jueves, 13 de marzo de 2008

Vino, taninos y buena salud

Históricamente se ha relacionado el consumo de vino con la calidad de vida. En los últimos años, a partir de la postulación de la "Paradoja Francesa", se ha dado un marco científico al concepto tradicional de vino y salud .
Esta paradoja se apoya en los resultados del estudio de la Organización Mundial de la Salud denominado MONICA, que mostraron que la ingesta de cantidades moderadas de vino tinto (200-300 ml/día), sería responsable de la baja incidencia de patologías coronarias en Francia, un país con alto consumo de grasas animales, alto porcentaje de fumadores y alto contenido de colesterol en sangre, todos estos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Estudios posteriores ampliaron esta observación y hoy la comunidad científica recomienda el consumo diario de al menos cinco raciones de frutas y verduras o productos directamente derivados como el té o el vino.
El estudio "Vinos argentinos, salud y calidad de vida" y sus conclusiones sobre la capacidad antioxidante de nuestros vinos constituye la primera investigación argentina de trascendencia internacional con información analítica específica, competente para ser presentada en eventos científicos -nacionales e internacionales- y en acciones que promuevan al vino como alimento saludable.

Cien vinos argentinos
Los científicos centraron su trabajo en la hipótesis de que existe un proceso de envejecimiento de las arterias y otros órganos que puede ser frenado por sustancias con capacidad antioxidante presentes en el vino.
El objetivo, entonces, fue caracterizar una muestra de cien vinos rojos argentinos desde el punto de vista de su capacidad antioxidante. Vinos tintos de Chile, España, e Italia se estudiaron con propósitos comparativos.
La investigación evaluó la actividad antioxidante de los vinos, en relación con la presencia de un grupo de familias de polifenoles y su capacidad de actuar previniendo la oxidación en sistemas químicos, bioquímicos y fisiológicos.
Los polifenoles son materias simples producidas sólo por los vegetales. En la uva, se encuentran en la piel, la pulpa y la semilla. Son antioxidantes y disminuyen el daño celular y sus consecuencias. El vino tinto es el producto que contiene el rango más amplio de estos compuestos que protegen la salud.
Los vinos seleccionados abarcan un amplio rango de varietales y lugares de origen, especialmente Mendoza. Entre ellos se cuentan varietales como Malbec, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Bonarda. En el laboratorio, se utilizaron seis métodos independientes: químicos, bioquímicos y fisiológicos. También se precisó el contenido de varias sustancias polifenólicas que determinan características organolépticas del vino (aromas, sabores y texturas) y contribuyen significativamente a su capacidad antioxidante.

Conclusiones optimistas - Se estudió la capacidad antioxidante y la composición polifenólica de cien vinos argentinos. - Los vinos estudiados presentaron una alta capacidad antioxidante, mayormente asociada con su alto contenido de distintos tipos de polifenoles. - La capacidad antioxidante no estuvo asociada a la variedad ni a la zona de origen de los vinos pero sí al manejo del viñedo a partir del control del rendimiento en uva. - Esta alta capacidad antioxidante se confirmó cuando se compararon los vinos argentinos con similares de Francia, España, Italia y Chile. - La calidad de la tecnología utilizada, la cantidad de vinos estudiada, y el número de métodos usados, hacen de este estudio una base de información de trascendencia internacional, y ayuda a ubicar a los vinos argentinos dentro del contexto mundial de "Vino y Salud." - En consecuencia, el poder decir con resultados que los vinos argentinos presentan una alta capacidad antioxidante brinda importantes elementos para: - aumentar el consumo de vino en nuestro país; - incluir a los vinos argentinos en las listas de vinos saludables que, basados en trabajos científicos, integran Australia, Italia, Estados Unidos y Chile, entre otros. - Todos los vinos argentinos estudiados exhibieron una buena capacidad antioxidante en los seis ensayos realizados. Esta capacidad antioxidante no fue influenciada significativamente por la variedad o la zona de producción pero sí por el rendimiento del viñedo. - Nuestros resultados demuestran que diferentes vinos pueden proveer al organismo de antioxidantes, reforzando la inclusión del consumo moderado de vino como parte de una dieta saludable. Estos resultados, además de contribuir a mejorar la calidad de los vinos argentinos y fortalecer su imagen, son una óptima herramienta de promoción, porque en todo el mundo el consumidor muestra su preferencia hacia productos placenteros, saludables y respetuosos del medio ambiente.

En favor de la calidad de vida Los vinos argentinos -rojos y blancos- son fruto de una viticultura ecológica, en la que la naturaleza propicia condiciones ideales para su elaboración: uvas maduradas al sol, viñedos regados con agua de la Cordillera de los Andes y el aire fresco de nuestras zonas vitivinícolas. Comprometidos con este paisaje, están las mujeres y los hombres de las bodegas que potencian las cualidades ganadas en el viñedo. Así nacen estos vinos, los que el mundo está conociendo y eligiendo: rojos expresivos y generosos, blancos frutados y sugerentes. Calidad de vida se refiere, entonces, a la elección de una dieta sana, equilibrada, sencilla y sabrosa que tiene en cuenta las bondades del vino para nuestra salud, junto a nuestra gastronomía, que completa y acompaña la paleta de colores, aromas, sabores y texturas.

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